
Más Autocrítica y Menos Queja
Cuando observo los motivos que me han llevado a conseguir ciertos logros, tanto vitales como profesionales; y cuando veo a mis clientes y potenciales clientes (que son los que más sigo de cerca) o a compañeros del sector a los que les va bien y a los que no tanto, siempre llego a la misma conclusión:
- el azar no existe
- la suerte se la crea uno mismo
- la mayoría de gente a la que no le salen las cosas no es por mala suerte o condiciones externas
- muchas personas a las que les va mal, practican la queja a menudo
Incluso en mi propia persona, cuando algo no me sale como yo esperaba, detecto enseguida cómo acechan las ganas de rendición, y cómo éstas ganan terreno a la perseverancia: por vergüenza, por miedo, por pereza, por no querer invertir tiempo y dinero en aprendizaje.
Y esto es lo que me lleva a pensar que si eres como yo, de las personas que cree que el azar no existe, ¿no es lo mismo intentar algo mínimamente y a la primera señal de que no va a ir como esperábamos tirar la toalla, igual a practicar el azar?
El azar deja de existir cuando nos empeñamos en algo.
Es verdad que hay ciertos componentes que pueden jugar a nuestro favor; lo mismo que a la inversa. Por ejemplo, puedes pensar que es mala suerte que un lead te esté saliendo muy caro en una campaña de publicidad, pero si no eres ignorante en el tema puedes encontrar el motivo fundamentado de que eso haya sucedido y puedes darte cuenta que el objetivo de tu campaña es más caro que pedir personas tendentes a contribuir a tu engagement o que justo es blackfriday y hay más competencia por el sistema de subasta de publicidad de Facebook.
Luego hay personas que se quejan de estar estancadas, o que las cosas ‘’no les salen’’, pero cuando se les plantea una estrategia o incluso un acompañamiento, encuentran mil razones afuera para negarse a recibir.
Incluso, he tenido casos en los que he ofrecido por Instagram una sesión de diagnóstico y estrategia gratuitas, cuando por una sesión así cobro un total de 90 dólares y ha habido gente que ha agendado y luego no solo no se ha presentado, dejándome ese espacio muerto; sino que además ni siquiera ha avisado o pedido disculpas.
Esa gente es la que luego se pregunta por qué a todo el mundo le va bien y a ellos no. O le echa la culpa a la economía o a mercurio retrógrado.
Si practicas la autocrítica siendo honesto contigo mismo, podrás detectar si estás cayendo en la queja o te estás haciendo cargo de tu situación.
Yo ya te compartí algunas de mis vulnerabilidades aquí. Nadie estamos exentos de un momento de debilidad donde apostar dinero y tiempo en una estrategia, a veces no vemos que sea la mejor opción y nos rendimos antes de tiempo.
Pero eso no nos exime de evitar caer en la queja. Quizás no intentamos algo lo suficiente, pero en lugar de echarle la culpa a los astros o a la gente de nuestro alrededor, probamos otras cosas y seguimos hacia adelante.
¿Te vas a atrever a practicar la autocrítica o vas a seguir compadeciéndote de tu situación también el próximo año?